23 d’abril del 2012

Los dos cerebros con más raza de España

Hi ha algun lector que se'n riu públicament -i una majoria potser privadament:)- de la meva dèria per Balmes i Larra -caràcters antagònics. He trobat en bona hora!! un treball -crec que definitiu- que els contraposa i compara, tot demostrant que les riotes d'alguns no eren justificades. Que jo anava bé.

Queda l'altre de la tríada. I Pla?  ja vaig escriure al blog que Pla considerava a Balmes el prototip d'intel.ligència catalana. Tot quadra.

Ara donaria alguns euros per saber que pensava Pla de Larra.

Als qui no us vingui de gust o no estigui preparat per llegir això -tan llarg- sapigueu que ho teniu aquí. Arribarà un dia que voldreu llegir-ho. Aquest escrit dona notícia -quedeu-vos al menys amb això-  de la pareja de cerebros con más raza que España produjo en la primera mitad del siglo XIX -com a mínim diria jo- segons el rigurós i picant Mostaza.



Balmes, Larra: dos polos
Dos trayectorias vitales, casi contemporáneas, dos polemistas, dos disconformes con la situación política en que se desenvuelven, dos críticos acerados de una España invertebrada, dos muertos prematuros, dos periodistas prodigiosos, dos trabajadores infatigables en un ambiente de holgazanería intelectual, dos españoles de buena cepa que aman asomarse al balcón de los Pirineos y aun aventurarse a excursionar Europa adelante, dos soñadores de una España eterna que fustigan a la España temporal. 

Estas son las semejanzas de Jaime Balmes y de Mariano José de Larra. Nace el primero en 1810 y muere en 1848: vida de escasos treinta y ocho años. Nace el segundo en 1809 y se suicida en 1837: vida de escasos veintiocho años. Ambos tienen la misma debilidad estética en su mocedad primera: creerse poetas. Y no lo son: carecían de numen, de aliento místico, de alada gracia. 

Psicológicamente, son disímiles: metódico, ponderado, enérgico, el sacerdote de Vich: nervioso hasta lo patológico, reconcentrado y amargo, el seglar madrileño. Y disparejas son sus conductas, sus éticas, sus culturas. Pero de uno y otro cabe afirmar que forman la pareja de cerebros con más raza que España produjo en la primera mitad del siglo XIX.

Larra y Balmes rompen con su esfuerzo aquella cerrazón intelectual en que una larga etapa de guerras y pronunciamientos, de crisis políticas y asonadas callejeras, había hermetizado al pueblo español del ochocientos. Fueron dos almas votadas valientemente a la faena de desentumecer conciencias, aventar polvo de prejuicios, introducir en la cámara cerrada de cada compatriota una ráfaga de aire puro y de luz matinal. 

Su obra es incompleta, titubea aquí y allí su pensamiento, no siempre acierta su escalpelo crítico. Pero, ¿qué contemporáneo les iguala en señorío intelectual, en rigor de pensamiento, en afán misionero? Polemistas natos, Balmes y Larra valen, tanto y más que por lo que dicen, por lo que incitan. Sus ideas están superadas ya, su estilo no es el de nuestro gusto; sus preocupaciones, en cambio, siguen atormentándonos. Como que se preocuparon nada menos que de poner exigencia de forma en el atumultado caos que llevaba dentro Juan Español. El uno, con la seca norma de la lógica –para eso trazó su Criterio–; el otro, con el látigo de la rechifla y del sarcasmo. 

Aun desagradándoles hasta la náusea la España que ellos vivían, Balmes, al igual que Larra, sentían con dolor físico un patriotismo escandecido por la ira o dorado por la piedad. El sacerdote absuelve; el satírico maneja el bisturí. Mas cuando se encuentran lejos de España, el sesudo Balmes se enternece con la misma húmeda nostalgia que el hipocondríaco Larra. Antes que a Unamuno les pasó a ellos ese fenómeno psicológico de dolerles España en el tuétano y en el corazón. 

Mas ¿por qué nos son hoy Balmes y Larra más eficazmente conocidos y ejemplares a nosotros que no lo fueron a sus contemporáneos? A mí ver, se entregaron –ellos, tan radicalmente llamados al oficio intelectual– en demasía a la polvareda del palenque político. Y este azacaneo en el «hic et nunc» les restó tiempo para cernerse aquilinamente sobre la marejada de los hechos. Metiéronse bosque adentro y, aunque expertos baquianos, no acertaron a salir al descampado. Dan la penosa impresión Larra como Balmes –y más el primero–, de andar a topetazos con los hechos como si fuesen troncos insensibles de una selva inextricable. La polémica siempre reduce el horizonte. En Larra lo achica hasta la asfixia: el escritor parece debatirse dentro de una campana pneumática. Está siempre, como el caballo con tábanos, coceando sin sentido. Contra esto y aquello: el lema unamuniano le cuadra a Larra, que ni pintiparado. Esta visión miope de las cosas es en Larra deformadora: se las acerca tanto que las ve monstruosas. Tiene retinas de microscopio: el infusorio se le hace un camello. Y así, para caricaturizar, no acude a otro resorte que al agigantamiento del fenómeno criticado. Otros humoristas convierten lo grande en enano para lograr su efecto estético. Larra –romántico hasta la medula– desorbita, exagera, abulta monstruosamente el perfil de sus guiñoles. El efecto que produce es, a veces, de cansancio: no aguantamos tanta hipérbole. 

Balmes, no; analiza hasta la atomización lógica los asuntos, pero no pierde de vista que está tratándolos con lente de crítico. Al final, recompone los elementos y nos sitúa ante una panorámica normalizada: cada cosa su tamaño, aunque –como en los pintores primitivos– el miniaturismo pormenorizador quita perspectiva y fondo al enfoque. Al ir leyendo a Balmes experimentamos la sensación de movernos por un mundo de dos dimensiones: echamos de menos la lontananza. Su horizonte es plano. 

Balmes fue un eficacísimo periodista; Larra un periodista brillante. Como escritores, esa es su gloria y su limitación. Ni Larra hubiera pasado a la historia literaria por sus novelas y dramas –malas imitaciones de los románticos galos de la época– ni Balmes es admirable por su estilo. Pero en el menester de avivar la atención diaria de los lectores y formar en ellos una opinión, el éxito de Balmes y de Larra no tuvo rivales antes ni después. Eran escritores siempre en vena polémica, siempre con argumentos a punto. Pensaban Balmes y Larra con las plumas mojadas en tinta: la idea –y hasta el estilo– les fluían manadíamente al conjuro de la descarga nerviosa que en ellos desencadenaba el simple hecho de tomar el palillero. Por eso piensan a torrentadas; y Larra, sin esquema previo alguno. Es, en este aspecto, un precursor del escribir automático de los sobrerrealistas (léase su magnífico artículo «El día de difuntos»); por algo el superrealismo significa, en su raíz, un regreso a los estímulos estéticos que actuaban por debajo de la moda romántica. 

Pero ni Balmes ni Larra ejercieron de verdad un magisterio. La videncia de Sócrates no era su índole. Como si más que departir en sosegado diálogo con un grupo selecto de alumnos que continuasen sus enseñanzas, les acuciase predicar y arengar en el ágora. Hay mucho de tribunos de la plebe en Balmes y en Larra. Su tiempo no se prestaba para los grupos selectos –para la aristocracia del espíritu–: eran días de democracia desgreñada y vociferante. Había que adoptar el aire de faquir –es lo que hizo Larra– o de apóstol que grita en la plaza la buena nueva –es lo que hizo Balmes–. Y así le faltan, en absoluto, matices a su pensamiento. Larra traza cuadros de colores crudos y contrapuestos; Balmes, discurre por teoremas, «more mathematico». Su música –la de ambos– como su colorido, son de una monotonía que cansa. En vano buscaremos en Balmes aquellas disquisiciones complejas y sutiles de nuestros teólogos del seiscientos, ni en Larra daremos con la gama de impresiones que nos sale al paso en Quevedo –su maestro– o en Mateo Guzmán. Balmes y Larra son menos ricos de pentagrama y de paleta. Menos cabales, por lo mismo. 

A Balmes lo olvidaron luego sus lectores y no influye, apenas, durante más de medio siglo. Cosa similar le acaece a Larra hasta que lo desempolva y pone en circulación, revalorizado, la generación del 98. Y como pasa en estos olvidos y resurrecciones espasmódicos, la medida se rompe: a Balmes se le deforma y caricaturiza cuando se le quiere hacer pasar por un genio, no de otro modo que cuando para equipararle a un gigante aupamos sobre zancos a un niño y le enmascaramos las facciones; a Larra se le pone junto a Quevedo y aun junto a Cervantes, con lo que, en realidad, lo que se logra a través del contraste es enanizarle. No: ni genios ni mediocres. Balmes y Larra son –dentro de la chatez que ofrece el panorama de su tiempo– las dos cotas más elevadas. 

Les falló el sistema de propia formación. No atinaron en la ardua faena de escogerse y puIirse. A diario se vertían sobre las hojas volanderas de la literatura periodística, y esa perentoriedad les devoró en su engranaje. Cuando se ponen a labrar obra de largo empeño, el ritmo del hacer periodístico los precipita, y el libro les sale de las manos inmaturo, mutilado, con iluminaciones y apagones. Es sintomático que la obra más lograda de Balmes sea El Criterio –una especie de meditaciones sobre la marcha–. Ni Balmes ni Larra alcanzan a tener un discipulado orgánico. Y eso porque formar alumnos supone en el maestro una vida al margen de la cotidianidad apremiante. Los hijos espirituales –como los de la carne– requieren larga gestación y más larga crianza. Esas criaturas que se cree tener porque nos leen en el periódico y nos jalean y se dicen nuestros aprendices, se parecen a la descendencia habida en amores mercenarios y de la que el padre jamás llega a poseer la certeza que engendra responsabilidad. Balmes y Larra pasaron sin dejar familia intelectual: no se cuidaron de formar escuela y por eso su eficacia fue –y es, a pesar de toda la beatería de una y otra banda– precaria y borrosa.
Pero ni Balmes es un pensador decisivo como Hegel o Kant, ni Larra un escritor de formato quevediano. Murieron demasiado pronto para dejar una herencia intelectual de alto porte. Leerlos, sin embargo, es óptima experiencia. Balmes nos agudiza la cordura; Larra, la disconformidad con la rutina. El sacerdote es un díctamo; el humorista, una cantárida. 

Ahora bien: ojo con la valoración excesiva, ojo con el desprecio inconsciente. Larra no es Ganivet: ni piensa tan acendradamente, ni escribe tan preciso, ni ahonda tan directo en el alma nacional. Ganivet está a cien codos sobre Larra, como lo estaba el nivel cultural de la Restauración sobre el nivel cultural de la Regencia de María Cristina de Borbón. Ganivet es, además de prodigioso pensador, un poeta de ancha envergadura y un novelista que en Los trabajos de Pío Cid alcanza una de las cumbres más altas de nuestra novelística. Todas esas ventajas le lleva a Larra. Y, además, la de ser un observador más objetivo de los hechos y de las costumbres.
A su vez, si Balmes no es un Suárez, supera –«sicut inter viburna cupressi»–, con su pensamiento escrito, esos ramplones mamotretos –más centones de opiniones que filosofía genuina– que apandan con su peso de plomo los plúteos de muchas bibliotecas: los Urráburu, los Mendive, los Ortí Lara, los Ceferino González. Acaso un solo discípulo, a más de medio siglo de distancia, tuvo Balmes: Amor Ruibal. Sólo que éste posee mayor exactitud conceptual, está más hecho, profundiza más. Balmes está a medio camino entre el desprecio de Unamuno y la iletrada alabanza de quienes ni lo han leído. 

Otro toque aún a este apunte: Balmes fue un alma serena, honrada, deseosa del mayor bien de su patria y de la mayor gloria de Dios. Fue Larra, por el contrario, un atrabiliario, un vanidoso, un descreído. Y como sus vidas, sus muertes: santa la de Balmes; desesperada la de Larra. 

Y acabo con unas preguntas: ¿se suicidó Larra solamente por un fracaso amoroso? ¿No arrastraba una especie de tara mental que le hacía obsesivo y lo introvertía, en las etapas –frecuentes– de depresión? ¿No era, según todos los síntomas, un hepático que se concomía con los disgustos? ¿Hasta qué extremo no engendró en él un estado de abatimiento insuperable el fracaso político de las elecciones anuladas en agosto de 1836, cuando ya, por los buenos oficios del Duque de Rivas –Ministro de Gobernación del Gabinete Istúriz–, era diputado por Avila? El suicidio de Larra ¿no está ya premeditado en ese desgarrador final de su artículo político «Día de difuntos de 1836»? El encuentro con Dolores Armijo fue, si acaso, el resorte que disparó el mecanismo, pero la determinación venía fraguándose –y por motivos más complejos– desde meses atrás. Larra se sentía acorralado por los odios que le cercaban. Se había metido en una aventura política, de la que esperaba saltar a altos puestos, y de golpe se había desmoronado su futuro. Por contra, sus amigos de ayer le recriminaban de tránsfuga. La vuelta al poder de los constitucionalistas, el día 9 de agosto de 1836, produjo en Larra un traumatismo espiritual. Sucumbió ante la idea de verse despreciado por los izquierdistas que antes le jaleaban. Desde esa fecha hasta el fatídico 13 de febrero de 1837, Larra se agría y aisla cada vez más. Se siente solo: la última cita con Dolores Armijo no hace más que evidenciarle esa soledad absoluta. Alejado de la religión; ha perdido la fe en el amor y en el triunfo político –acaso también en el literario, pues se le resisten, por su falta de imaginación, la novela y el drama, que ha intentado vanamente–, Larra escapa de sí mismo y de cuanto le rodea, pegándose un tiro. 

Bartolomé Mostaza

Què tinc, que tenim cadascú de l'un i l'altre?  d'aquests dos monstres del pensament i que van dur a terme la seva immensa obra a una edat en la que avui encara es juga a la Play?



16 d’abril del 2012

Viatge a Madrid -2- Continuació del viatge a la capital del Regne i reflexions particulars sobre BCN-MDR

El Museu de Cerralbo i el Romàntic amb una imatge colpidora.  El carrer dels rics.

El marquès de Cerralbo,  senyor de Aguilera va aplegar amb els anys un fons museogràfic extraordinari. Va fer construir una gran mansió com a habitatge i museu. El marquès -conservador i carlista- va cedir-ho a la vila. Un museu tan desconegut com interessant.. Gent així és la que mereixen monuments i carrers.

Cada metre quadrat estava ple d'història i cultura. A la mitja llum d'aquelles cambres, en aquell l'ambient vuitcentista, envoltats de tanta bellesa,   visquérem un moment especial: eren les dotze del migdia i  aquells rellotges centenaris escampats, van inundar l'ambient amb uns dolços sons de campanetes, els mateixos que sentiren molts anys abans els estadants de la mansió.

Com que plovia molt, i immersos com ja estàvem en ple XIX, amb un taxi anàrem al Museu Romàntic. El romanticisme tingué vigor el primer terç del 1800. Hi havia la sala de Larra: poca cosa, destaco un manuscrit de Los calaveres, el retrat de la dona -cap bellesa- mig causant del suicidi -Armijo-, i les seves pistoles. Però el que més ens frapà del museu eren els quadres-retrats d'uns nens púbers, pal.lids, amb profundes ulleres...Eren nens morts!, segons ens digué el vigilant. "Són los hijos de los señores retratados en las escaleras. Había mortalidad infantil y era costumbre el pintarlos. En estos cuadros hay símbolos que lo denotan, como el crucifijo". Vaig evitar preguntar quan i com els pintaven. La contemplació d'aquells nens i púbers és frapant.

Tarda també emplujada a un Serrano solitari. Presenciem un accident de moto, molt soroll però el xicot bé. La imatge de via comercial, elitista i més selecta no sé si augmentava o no al estar tan buida.Hi ha les botigues que trobem arreu, tot i que dins uns espais i decoracions diferents, interessants. Hi ha una botiga de Ferrari amb monoplaça inclòs. La característica però de Serrano penso que està en les botigues no franquiciades, les més selectes de totes.  Entre elles la clàssica perfumeria Álvarez, la que surt a la tele a vegades, la dels més exclusius, vaja. Hi havia un bon paraigües d'oferta i vam pensar que en podria tenir algun que no fos de quatre euros, d'aquests que es poden arreglar, a Barcelona. A Madrid no n'arreglen, em digué moixa la mestressa de la botiga. De passada la Neus tafanejaria les seves coses. Després de l'accident de la moto en presenciem un altre: a una dependenta li cau i trenca un flascó de perfum. Cap bronca de la mestressa. Difícil per un pagès com jo adoptar les maneres d'un burgès, però només cal educació. Molt senyor aquí i senyor allà, per part de la senyora mestressa. Els preus dels seus sabons -fabricació exclusiva- eren correctes i la Neus va comprar algunes coses per a regalar. Marxem nosaltres i entra una senyorassa amb el marit també senyoràs amb tot de compliments. No sé si d'això en podríem dir excel.lència.

Escapada a Àvila

Viatge amb tren pel mig de les immensitats estepàries castellanes, amb suaus relleus. Àvila, la capital més alta d'Europa. Abril. Fred d'hivern, emplujat. Els primers avilenys que trobàrem baixant de l'estació eren dos homes parlant-se a uns metres .. Desprès d'haver suportat a tots els mitjans -públics i ciutadans- aquella insistència i planys sobre el "mal temps" que feia aquesta Setmana Santa, em trobo per fi amb gent -suposo que del camp- que viu a la realitat de les coses: Ya tenemos el agua aquí! i contesta l'altre: Quince días deberia durar!Eso!

Visita guiada amb el José, gran sapiència amb tocs d'humor. Ens parlà de la mentalitat immobilista i de l'orgull dels castellans vells, dels que tenen terra i que amb prou feines dona per a viure. A Àvila fan pagar per a tot, fins per passar per la muralla -car- i els fullets -barats. No m'estranya que diguin per escrit que la "muralla" és un motor econòmic. Estranya finalitat per una muralla. Suposo que Santa Teresa d'Àvila també ha de ser un motor.. No compreu Yemas del Convento, tot i el nom porten additius i no la data de caducitat.

 Ruta teresiana, catedral i església de S. Vicente -curioses construccions d'un particular gòtic i romànic. El "Tostado" fou una eminència. "Laurence Sterne lo menciona, en el libro VI capítulo II de Tristram Shandy, entre otros ejemplos de niños prodigio: "casi en brazos de su nodriza, aprendió todas la ciencias y artes liberales sin que le enseñaran ninguna de ellas" . El seu sepulcre-altar-retaula és de lo millor d'Àvila, segons el guia, i jo. Es perceben fins i tot les venes sota la tela del relleu, d'alabastre. Anem a fer un café i torrija -car- a La Fortaleza, amb fotos de l'atemptat que la ETA hi va cometre. A l'estació hi havia uns jubilats abulencs asseguts, ocupant bancs  a la sala d'espera, cosa que no agradà a algun viatger. Uns altres estaven asseguts escalfant-se el cul als radiadors -amples,de ferro colat i antics. Per a una vista general de la muralla cal fer una llarga passejada fora vila.


 Art i cultura a dojo

El Prado, Princesa Sofía, Thysen. Que he de dir? Un consell: no us atureu en el que no us interessi. I una constatació: lo que ens falta per aprendre, d'història, d'art, etc.  La visita als museus és un estímul per aprendre. Segona constatació: La gent no estava per aturar-se a les sales d'abstracte. Tot i això hi havia un noi -amb aspecte de perruquer- que estava entusiasmat davant un "quadro" que era només (?) la tela pintada negra, comentant que venia tot sovint a veure'l. No em feu dir qui era el "pintor".

Pasem per davant de la casa-museu de Lope i coincidim amb el començament de la visita guiada i gratuïta! Estructura original però reconstruïda alguna instància, i amb algun moble del mateix mossèn Lope

Reflexions

No sé si es desprèn am el que dic, que la vida a Madrid és més agradable i social que a Barcelona. En part és així. Em sembla també que en la relació entre ambdues capitals, ambdues comunitats, hi ha un punt d'amor i odi. Jo faig cap panegíric general de Madrid ni practico l'autoodi. Els catalans els guanyem en una cosa fonamental -no ho dic jo- i és en què som homes de paraula. Aquí -i al sud més- la picaresca i l'engany es consideren una habilitat, quasi virtut. L'altra és aquesta nostre manca de fanatisme -excepte quan excepcionalment bufa la rauxa. Catalunya és més camperola. Ells admiren la nostra fantasia. Ells ens guanyen en que saben gaudir més de la vida -no m'estranya que els periodistes i polítics catalans que hi viuen hi estiguin encantats. Ens superen en això que en diríem "senyorio" -extern si voleu-,  prestància i distinció; en seguretat al moure's pel cada dia. Com no han de tenir més distinció si sempre han tingut la cort? Com no han de denotar seguretat, si ells han estat un imperi universal -ara ho són peninsular- i nosaltres, Catalunya, una desdibuixada realitat virtual?  -empremta genètica se'n diu. Ara penso que Madrid ens guanya amb el tema dels cotxes -en circulen menys, és clar. Hi hauria molt per escriure sobre aquestes i altres diferencie, però no en sóc prou informat i segur que altres més rigorosos ho hauran fet. O no? Ara m'adono que aquest punt de placidesa de gran part de l'extens Madrid centre és que el trànsit no és massa gran i és més localitzat.

Bé, si heu arribat aquí, gràcies i felicitem-nos tots. Amics que ho esmentàveu, no tinc cap pretensió de comparar-me amb  l'Espinás -ni Carnicer-, primer per ofici, després perquè no enfoco el viatge cap a l'escriptura de cap llibre -l'Espinàs fins i tot provoca la conversa amb els naturals, buscant la perla- i per últim no hi esmerço el temps d'un professional. La justificació és innecessària, segurament.

12 d’abril del 2012

Viatge a Madrid -1-

Madrid poble, ciutat i capital imperial.

Tot anant a l'estació a trenc d'alba, amb la bafarada del Besòs pensava en Trillo: Al romper el alba y con viento de levante zarpamos hacia Perejil. A l'estació, amb l'escombra una neneta negreta la deixava neta -oblideu-ho-. Li vaig preguntar si el dilluns tenia més feina i em va dir que sí però perquè el diumenge no treballava. Amb l'orella l'escoltava però els ulls mig els tenia a una caixa metàl.lica collada a la paret: CALCES. A una coneguda que hi havia, estranyada, la vaig enredar dient que era per a les calces per a rentar. Vols dir?  respongué. Quina sensació més agradable veure la gent a l'andana que anava a treballar -amb cares de son i resignació- i nosaltres de vacances. Pensava: amb sort els queden 30 o 40 anys de fer el mateix cada dia, si no en tenen...cap a l'atur.

Amb l'AVE han anulat la possibilitat d'anar a Madrid a bon preu amb tren. Em sorprengué la seva silenciositat. Em va tocar un seient on corria l'aire fred pels peus. A l'anada ens engegaren una peli una mica brutota -passable- per a ser un ámbit familiar.
Desentrenem a Madrid i ens topem amb la seva especial llum, el color -més ben dit-, que ve donat per la pedra blancoia dels seus edificis, metro fins Gran Via i a 50 metres l'hostal. S'ens va ocòrrer buscar hostal en lloc d'hotel. Encert total. Edificí robust -mig decó. Hi havia més plantes amb sengles hostals. Un conserge està al despatxet presidit per un important crucifix. Ens acompanya a l'hostal, al segon pis i surt una de les sudamericanes que el porten. Habitació amb parquet i triem interior per por del soroll de la Gran Vía. Al comanament de la tele hi havia un caragol.

Sortim a dinar. Si fa un mes deia que a València sembla que una de les seves primeres ocupacions sigui el menjar -i el beure, i el cafè...-, a Madrid seria aparentment la primera. El nombre de locals fa feredat i a diferència de Bcn són omplerts amb autòctons. Tot just arribar de Madrid vaig sentir a Canal català una dona amb un càrrec associatiu barceloní on deia que molts ciutadans ja no passen de Plaça Catalunya i maleïa amb ganes els alcaldes causants d'aquest disbarat que és avui Barcelona, i ho serà. Tot i que també ha esllanguit el Madrid més familiar i castís, el seu centre és...això, centre de trobada i lleure dels autòctons. Com la nit i el dia. La nit és Barcelona. No tot són violes. A la calle Montera -cèntrica- hi ha quasi durant tot el dia un fotimer de putes, negres i gitanes rumanes bàsicament, fent al carrer, prop d'un Mc Donalds. Famílies, jovent, nens etc es creuen i conviuen amb les professionals del sexe. És un lloc on una dona decent no pot estar-s'hi quieta un moment si no vol passar pel què no és. Un espectacle repugnant, francament.


Comencem a percebre que aquell Madrid que ens trobarem una mica abans del 2000 s'ha desdibuixat. Madrid s'ha barcelonitzat, per desgràcia. Molts locals típics han desaparegut, hi ha més gent, el centre ja és ple de les marques que hi ha a tot arreu, el turisme estranger comença a envair els espais, etc. Per sort per ells en molta menys mesura . Tampoc necessiten el turisme per res, el monstre buroràtic ja els procura la feina, si més no l'ocupació.

Trobem un local rústic, amb bon menjar a preus més o menys rústics. Taverna S. Isidro. És una gran comoditat saber amb quin idioma has de parlar i estalviar-te la sensació de claudicació si no ho fas en català, com quant ets als països de parla catalana. Sortim a prendre un cafè a una terrasa de Cuchilleros: dos euros. Més endavant el pagaríem a 2'50. Els preus també s'ha barcelonitzat una mica. Un acordeonista búlgar virtuós ho amenitza amb un acordió.

Imprescindible fer una visita guiada: El Madrid imprescindible -1-. Durant hora i mitja ens passegen pel Madrid dels Borbons i el barri de les lletres. El guia ens digué que un tal Hossman -1850- va ser l'impulsor de la característica edificació del Madrid vuitcentista. Bé, d'original tampoc massa, ja que es va fer seguint el model de París. Van establir una uniformitat d'alçada i color.Una cosa que el guia explicaba com una ardidesa a mi em va tocar el nas. Parlava de Carlos III com el rey alcalde, ja que va procurar tant per Madrid com el millor alcalde. No sé quants edificis i coses va fer i de les que encara en treuen rèdit ara. En detriment de les altres ciutats de l'estat! 

Veguérem molts sudamericans, alguns negres i rumanesos, però cap àrab. Bé, només dos i eren a l'AVE cap a Barcelona. En general no notarem la presència del què entenem propiament per xusma. Em sembla que és tota a Barcelona. És molt visible que com diu en Tardà d'ERC, "el discurs de la dreta", el tarannà aquest, predomina al carrer, "s'ha fet" amb el carrer. El jovent no va disfressat d'alternatiu, ni de res, ni amb xandal, etc. Va correcte i molts més que correctes: amb això que a Barcelona i rodalies generalment es considera tan quico, com és anar amb sabates i camisa o polo. El vestir dels adults madrilenys és inequívocament detectable arreu.

Anem a veure Faemino i Cansado. "Como nos descuidemos Alemania nos alcanza". Preus raonables. L'obra d'Arturo Fernández costava 9 euros. Hora: 9.30, que després vaga per anar de tapes, tot i que diuen que tot és obert fins a les dues. Però no, les tapes han desaparegut de Madrid, ara són raciones grans i menús. Tips del dinar, i com que no trobarem enlloc per fer alguna tapa lleugera topem al final amb un Mc Donalds i descobreixo: 1 euro l'hamburguesa -no és gens fàcil-, 1 la ceba arreboçada i 1 les patates. Tres euros el sopar. Portàvem una botella amb aigua. (algú ha comentat que no queda estètic incloure aquest paràgraf, però el cas és que ens va salvar l'àpat. A més sigueu conscients que el meu concepte de l'economia i de priorització de recursos és diferent al de la gent i el món. Vet aquí com està l'economia). Al matí els bars obren molt tard. En general els carrers els posen tard. Així viuen els madrilenys. Mentre hi hagi burros aniran a cavall, com deia el meu pare. A qualsevol trist museu hi ha un fotimer d'empleats funcionaris borinejant.

A la segona visita ens porten al Madrid més antic, on hi havia també la ciutadella musulmana. Trobàrem un campanar inclinat i ens digué el guia que és per l'aigua subterrània que estova el terreny. Madrit ve de Maherit -lloc d'aigua. Fou considerada una ciutat airejada i saludable. Per aquí hi ha les emblemàtiques Vistillas, per les vistes elevades, com elevadíssim és un viaducte peatonal protegit amb un vidre alt per a què la gent no salti. Al construir un parking van aprofitar per intentar localitzar les restes de Velàzquez -allà enterrades- sense èxit. També Mozart és en una fosa comú, Cervantes en parador ignorat. I ara tant reconeguts. Meditable. Passant per l'Església de S. Isidre ens parlà del somni profètic d'un personatge que veigué que el sant tenia el cos incorrupte i així ho estava i està. Avui és a la catedral de Madrid.

Al vespre topem amb la zona homosexual i voltants. A un carrer, indiferents als vianants, ens trobem dos homes abraçats i fent-se petons. No hi estic acostumat i em va frapar.. Entrem a un vegetarià  per a compensar el gran menú del migdia i ens emportem uns plats -menú 5'90 euros- amb suc natural de llimona inclòs. Bo, sa i barat. Lo que em va quasi emocionar -és una mania personal però que crec molt raonable- i vaig dir-ho a l'amo, és que per primera vegada trobo un restaurador o industrial de l'alimentació amb seny: per primera vegada algú no posa sucre a les coses -ni edulcorants, és clar! ni sal, si s'hi pot afegir després. Sempre tot tan enfarfagantment dolç!

 Continuarà amb altres coses, de les que suposo alguna us serà amena o d'utilitat.

10 d’abril del 2012

1 d’abril del 2012

Llistat d'allò particular que compartim amb Espanya -només. I la llista de pitjors pel.licules

Desprès que el comentarista Sombrero de copa parlés de la sarsuela, em dona peu a públicar això. La meva llista, i conèixer si algú vol fer més propostes, de petites grans coses que compartim només amb la resta de la gent de l'estat aquest.

- La sarsuela seria una doncs. que afegiria a la llista que ja tenia.

- Les altres comencen per PA,  per PE,   per BO,   per X.

La torna. La llista de pitjors pel.lícules.


Després de veure SPEED 2, on el director ataca directament la intel.ligència de l'espectador, se m'ocorre donar uns títols que són altres atemptats intel.lectuals i artístics. També: Tienes un e-mail -pel.lícula plana totalment. Vicky, Cristina, Barcelona -inqualificable. Llegiu-ne el meu post si voleu.

Si voleu venjar-vos d'alguna peli, podeu fer-nos-la saber.

Bones vacances i bona Pasqua.


LLISTAT cat-esp

D'acord que hi ha coses cabdals que compartim amb Espanya -només. La geografia p.e.  i tot i ser catalanista, hem de reconèixer que  compartim llengua,en certa manera, i per tant la literatura -l'espanyola, és clar i alguna cosa més hi haurà- Jo em refereixo a allò més popular, tradicional, en fi...

LA SARSUELA MUSICAL
LA BOINA-boina
EL PASDOBLE
EL PERNIL
ELS XURROS

aportacions dels comentaristes:

ELS TOROS
LA BOTA DE VI

Em sap greu que no n'hagin sortit més.No sé si d'aquest tema algun sociòleg en podria treure res. Deixem-els però, que ells són més de quadrar cercles i arrodonir triangles, que d'aquestes tontades. A vegades però algun freakie fa algun estudi seriós.